domingo, 15 de abril de 2012

Prometeo y Pandora, Júpiter



El mito de Prometeo
Consta des tres partes
  1. La configuración del sacrificio.
  2. la posesión del fuego
  3. la aparición de la primera mujer (Pandora)

  1. Prometeo engaña a Zeus. Cuando los dioses y los humanos decidieron sellar su relación mediante el sacrificio, Prometeo, hijo de Titán, fue el dios encargado de fundar la ceremonia. Así que eligió la víctima, un buey, y la sacrificó, e hizo luego dos partes con sus carnes y huesos. En un lote uso las carnes comestibles y en otro, más grueso y lucido, la grasa  los huesos, recubriendo este último con la piel. Y luego le dio a escoger a Zeus. El dios supremo eligió el lote más gordo y vistosos, pero luego se encolerizó al descubrir que encubría lo peor de la víctima.
Desde entonces esa parte se quema en honor de los dioses, mientras los humanos se reparten, bien asadas, las carnes del animal sacrificado. Zeus decidió tomar represalias por el engaño.
2.      Prometeo roba el fuego de los dioses. Como castigo a los humanos Zeus les retiró el fuego, llevándolo a las alturas celestes. Pero prometeo robó unas chispas y lo devolvió a los hombres. De nuevo se enfureció Zeus al descubrir el robo del fuego celeste, y esta vez preparó un castigo doble: condenó a Prometeo a ser clavado o encadenado en las cumbres solitarias del Cáucaso, en el extremo oriental del mundo, donde además un águila venia cada día a rasgar sus costados y roerle el hígado: y, por otro lado, maquinó la creación de la mujer para desdicha de los humanos.
3.      Los dioses castigan a los hombres. Hefesto, el dios artesano, formó del barro una figura femenina, tomando como modelo a las bellas diosas, y se la envió a los hombres, llevando consigo una jarra donde iban todos los males. La primera mujer se llamaba Pandora, porque era un regalo de todos los dioses. Cuando abrió la jarra, impulsada por su curiosidad, los males se expandieron por el mundo. Y los hombres se tuvieron s que resignar a convivir con las mujeres en un mundo poblado de muchas calamidades.

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