Agamenón es uno de los héroes mitológicos más conocidos de Grecia. Varios autores son los que narran la historia de este personaje, como
Homero en la
Ilíada y
Esquilo en la primera parte de su trilogía.
Agamenón es el rey de Argos y se le conoce por dos acontecimientos que se entrelazan: la
Guerra de Troya y su matrimonio con
Clitemnestra. En la
Ilíada se encuentra todo lo relacionado con Agamenón en la guerra, mientras que en la tragedia de esquilo podemos encontrar el funesto final que le espera a manos de su esposa. Yo me voy a centrar en el trágico final que cuenta esquilo en la primera obra de la
Orestía, la única trilogía que se conserva completa del autor.
Terminada la guerra, después de diez años, Agamenón decide volver a casa con el botín que había conseguido -
Casandra- y haciendo caso omiso al mal presagio que ésta tenía. Por su parte, Clitemnestra espera a su marido con aires de venganza pues no le había perdonado que entregara la vida de su hija
Hifigenia, que hubiere matado al marido que tenía antes de casarse con él y, asimismo, que trajese consigo a una concubina.
Clitemnestra recibe a su marido con una alegría fingida, pero el rencor que sentía por él lleva a asesinarle con la ayuda de su amante
Egisto -primo de Agamenón y Menelao-. Casandra tendrá la misma suerte que Menelao. Sin duda, no pasará mucho tiempo para que regrese Orestes, hijo de Clitemnestra y Agamenón para vengar el asesinato de su padre, y matará a Clitemnestra y su amante Egisto.
Publicado el 3 enero 2010 por Sandra Rincón Lozano
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Egisto incitando a Clitemnestra a matar a Agamenón |
Sófocles escribió una tragedia denominada
Electra, donde narra la historia de la hija de Agamenón y Clitemnestra. Tras el asesinato de su padre en manos de su madre Clitemnestra, Electra se encargó de sacar de palacio a su hermano Orestes y encarga su cuidado a un pedagogo. Pasan los años y Electra encuentra a su hermano frente a la tumba de su padre, Agamenón, que había ido para honrarle.
Orestes había vuelto a Micenas, acompañado de su primo
Pílades y el pedagogo, para vengar la muerte de su padre tal como había predicho el oráculo de Delfos. Junto a Electra traman la venganza: el plan era que Electra volviese a palacio como si no pasara nada, y Orestes y Pílades entrasen en el mismo para llevar las supuestas cenizas de Orestes, dijeron a Clitemnestra que su hijo había muerto durante unos juegos olímpicos.
Clitemnestra, que había tenido un mal presentimiento, envía a
Crisótemis, otra de las hijas que tuvo con
Agamenón, a honrar la tumba de su padre. Cuando regresa, anuncia que sobre la tumba a encontrado un mechón de pelo que pertenece a su hermano Orestes, y Electra decide matar a su madre ya que no podía contar con la ayuda de su hermano, no tenía tiempo para esperarle. Y así fue, mata a Clitemnestra pero no al amante de su madre,
Egisto. En la misma habitación donde había muerto Agamenón, Egisto y Orestes se enfrentan en una lucha, y el joven héroe clava su espada a Egisto dándole muerte.
Publicado el 24 diciembre 2009 por Sandra Rincón Lozano
Orestes es un personaje que aparece en las obras de varios autores: está representado en la
Orestíada de
Esquilo, en la de
Estesícoro, también se habla de él en la obra
Electra de
Sófocles, y en una tragedia de
Eurípides.
En la segunda parte de la trilogía de Esquilo,
los coéforos, se narra el regreso de Orestes a Argos para vengar a su padre. Cuando llegó a la edad viril, Orestes se dirigió al Oráculo de Delfos para consultar al dios
Apolo qué debía hacer. Apolo le dijo que volviese a su ciudad natal, que fuese a honrar la tumba de su padre y que luego castigara él mismo a los culpables -su madre Clitemnestra y Egisto-. Y así fue, siete años después Orestes vuelve a Argos para vengar a la muerte de Agamenón, y se encuentra a su hermana
Electra. Junto a ella, elabora un plan para asesinar a su madre y al amante de ésta. Orestes se presenta en palacio y dijo a Clitemnestra que venía a comunicar la muerte de su hijo, ya que ésta no le reconocía, en una carrera de carros y que traían una urna con las cenizas del supuesto difunto. Entonces la reina mando que viniese Egisto y que él mismo diera respuesta sobre si le iba a dar sepultura o no. Como ya no tenía que temer nada, Egisto se presentó desarmado y fue entonces cuando Orestes le clavó una espada y acto seguido hizo lo mismo con su madre.
En la tercera parte de la tragedia,
Euménides, Esquilo relata cómo las erinias persiguen a Orestes para que cumplan condena, pero éste se refugia en el templo de Apolo. El dios aconseja nuevamente a Orestes y le dice que marche a Atenas para ser juzgado. Al llegar allí los jueces determinan que tan malo son los crímenes que había procesado Orestes, como los que había realizado Clitemnestra y lo absuelven. Después de veredicto
Atenea decide convertir a las
erinias, que eran malas al principio, en seres buenos y pasan a llamarse las Euménides. En suma, la figura de Orestes encarna a una persona llena de culpa, por matar a su madre y a su amante Egisto, y al que los dioses le perdonan su pecado.